miércoles, 15 de enero de 2014

El Príncipe de Darmstadt, de la fidelidad a la Casa de Austria al mito catalán (Parte V)

Detalle del mapa "Theatre de a Guerre en Espagne et  Portugal" (c. 1710), en el que se aprecia el desembarco de Carlos III de Austria en Barcelona, durante el segundo ataque aliado a la capital catalana en 1705.

Estando de nuevo en Londres, al Príncipe de Darmstadt sólo le quedaba esperar la decisión de Leopoldo I de enviar al archiduque Carlos a la capital británica para posteriormente trasladarse a la Península Ibérica con el objetivo de ser reconocido como Rey por parte de los diversos reinos de la Monarquía Hispánica. Sin embargo, esta decisión se va a dilatar mucho más de lo que Darmstadt esperaba, como puso de manifiesto en una carta dirigida a su hermano Ernesto Luis en el mes de mayo, donde expresaba su impaciencia y sorpresa por la indecisión del Emperador.

En este contexto, la correspondencia entre Londres, La Haya y Viena se va a incrementar notablemente, por lo que se necesitaban portadores que fuesen de la máxima confianza y que conocieran bien las mencionadas cortes. Uno de ellos sería el valenciano Joan Baptista Basset i Ramos, spanischen Adjutanten de Darmstadt, encargado de transmitir a la corte imperial la impaciencia del Príncipe y la necesidad de hacer zarpar la armada aliada con el archiduque Carlos a su mando. A principios de septiembre del año 1703 Basset se encontraba en Viena, quizás asistiendo a los actos de proclamación del Archiduque como rey Carlos III de España, que va a tener lugar el día 12 del mismo mes.

El mes de noviembre de 1703 llegaría a Londres el embajador ante Inglaterra del nuevo Rey de España, el Conde Wratislaw, acompañado probablemente de Basset i Ramos, a quien la emperatriz Leonor de Neoburgo había confiado que transmitiera al Príncipe de Darmstadt las disposiciones tomadas en Viena para la campaña militar que en breve se pondría en marcha. Basset, por tanto, contrariamente a lo que ha defendido algún autor, no va a acompañar al archiduque Carlos en el periplo europeo que va a llevar a cabo antes de llegar a Londres, sino que va a ser enviado a Inglaterra con cierta urgencia para colaborar en la preparación de la expedición militar aliada a cuyo mando estaría Darmstadt.

El archiduque Carlos no va a llegar a Londres hasta principios del mes de enero de 1704, y unas semanas después Jorge de Hesse-Darmstadt sería enviado a Lisboa, adelantándose a la expedición real. Pero un cúmulo de circunstancias van a hacer que la salida de Carlos III de Londres se retrasara y, además, la enfermedad del Rey de Portugal y la muerte de una de sus hijas, harán que las reuniones entre Darmstadt y el monarca portugués se alargaran sine die. El 23 de febrero un Jorge de Darmstadt, desesperado, se quejaba por escrito a su prima la Emperatriz de lo que consideraba una falta de interés por parte inglesa.

Desde la llegada de Carlos III de Austria a la Península, los hechos de armas de Darmstadt van a estar estrechamente ligados a quien había sido coronado como Rey de España en Viena. La postura del Príncipe, defensor de que la guerra se iniciara por Cataluña, el fracaso del primer intento de ocupación de Barcelona, la conquista de Gibraltar y las posteriores operaciones en el Mediterráneo hasta la muerte del Príncipe en el segundo sitio aliado de Barcelona (1705) son, sin la menor duda, los momentos culminantes de la biografía militar de Jorge de Hesse-Darmstadt, y como tal han sido considerados por la historiografía especiaizada y por su primer, y hasta el momento único biógrafo, Heinrich Künzel (1877).

Llegada de Carlos III de Austria a Lisboa.
En efecto, el 7 de marzo de 1704, el velero inglés Royal Catherine, escoltado por una imponente flota anglo-holandesa, entró en el estuario del Tajo con Carlos III de Austria a bordo, fondeando en las proximidades de Belén. Los efectivos aliados constaban de 4.000 ingleses, 2.000 holandeses y 20.000 portugueses, financiados por las potencias marítimas. En Santárem Carlos III hizo público un edicto en el que anunciaba querer "libertar a nuestros amados y fieles vasallos de la esclavitud en que los ha puesto el tiránico gobierno de la Francia".

En Lisboa, Carlos III de Austria se reunió con el Príncipe de Darmstadt y el Almirante de Castilla, junto con otros nobles castellanos que habían desertado de las filas felipistas como el Conde de la Corzana. Darmstadt y el Almirante no tardaron en hacer patentes sus desacuerdos y desconfianzas. El Almirante, uno de los hombres más poderosos de los últimos años de reinado de Carlos II, jugó a fondo sus bazas para ocupar el lugar más importante al lado del Rey-Archiduque y convertirse en el árbitro indiscutible de los asuntos españoles, alejando así al Príncipe del escenario político. En efecto, Darmstadt fue enviado junto al almirante inglés Rooke a bordo de la flota aliada del Mediterráneo.

Nombrado, por entonces, vicario general de la Corona de Aragón, a finales de mayo de 1704 el Príncipe Darmstadt fracasó en el primer intento aliado de tomar Barcelona, de acuerdo con un nutrido grupo de conspiradores austracistas que se hallaban en la ciudad y con los que, como vimos, estaba en estrecho contacto. La capital catalana estaba controlada con mano firme por el impopular virrey Francisco de Velasco, al que Felipe V había nombrado en sustitución del Conde de Palma y que ya había ejercido ese cargo durante la toma francesa de la ciudad en 1697.

A diferencia de Darmstadt, Velasco fue un hombre que concitó la antipatía de los catalanes. Había dejado un amargo recuerdo en su etapa virreinal anterior tras su pésima defensa de Barcelona en 1697 frente a las tropas de Luis XIV. Pero, además, durante su virreinato con Felipe V chocó repetidamente con las instituciones catalanas a causa de su carácter altivo y sus métodos despóticos. Todo esto no hizo sin incrementar la oposición austracista, sobre todo en el interior, en la Plana de Vic, lejos del radio de influencia del Virrey. Como sabemos este grupo de "vigatans" estaba estrechamente relacionado con el Príncipe Darmstadt y contaba además con el decidido apoyo del clero. Sin embargo, como ya se ha dicho, este primer intento de alzamiento austracista de Barcelona fracasó. A pesar de que los efectivos militares de Velasco eran limitados (tuvo que confiar en los 3.700 hombres de la Coronela, la milicia constituida por miembros de los gremios, para organizar la vigilancia de la ciudad), el partido austracista no fue capaz de culminar la operación de entrega de la ciudad a Darmstadt, y las instituciones mantuvieron una actitud temerosa y casi servil ante el Virrey. Harto de esperar una respuesta y molesto con la ambigüedad de las instituciones catalanas, Darmstadt bombardeó la ciudad, desconcertando a sus partidarios. Tras estos hechos, la flota de Rooke puso rumbo al sur siguiendo la línea de la costa levantina.
....

(CONTINUARÁ)

*Albareda Salvadó, Joaquim: "La Guerra de Sucesión de España (1700-1714)". Crítica, 2010.

* López i Camps, Joaquim E.: "El Príncipe Jordi de Hessen-Darmstadt i la Guerra de Succesió. Alguns apunts per una biografia necessària", en "L'Aposta catalana a la Guerra de Successió (1705-1707). Actes del congrés celebrat a Barcelona del 3 al 5 de novembre de 2005 al Museu d'Història de Catalunya". Generalitat de Catalunya, 2007.

4 comentarios:

  1. Sigo con mucho interés su interesante exposición.
    Un saludo.

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  2. Desde Barcelona enhorabuena por este episodio de la Historia, desconocido para mí.
    Hasta pronto.

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