lunes, 30 de mayo de 2011

Testamento del Cardenal-Infante don Fernando


In Dei Nomine, Amen. Sepan los que vieren esta Escritura, como yo Don Fernando por la gracia de Dios, Infante de España, Cardenal de la Santa Iglesia de Roma, del titulo de Santa Maria in Porticu; Administrador perpetuo del Arzobispado de Toledo; Primado de las Españas; Canciller mayor de Castilla, Abad, y Comendatario perpetuo de la Albadia de Alcobaza; Gran Prior de Ocrato, de la Orden, y Milicia de San Juan del Hospital en los Reynos de Portugal; Lugarteniente del Rey mi Señor, su Governador, y Capitan General de los Paises Baxos, hallandome con enfermedad que Dios ha sido servido de darme, en mi entero juicio, hago, y ordeno mi Testamento, y mi vltima y postrimera voluntad, en la forma siguiente.


Conozco que he sido pecador miserable, y pido a Dios nuestro Señor, vse conmigo de su misericordia, por los meritos infinitos de la Passion de Christo nuestro Señor; y a la soberana Reyna de los Angeles, nuestra Señora, la suplico interceda con su preciosísimo Hijo por el perdon de mis pecados; y lo mismo pido a los Santos de mi devocion, en particular al glorioso San Ilephonso, y a los demas de la Corte del Cielo; y a mi Angel de la Guarda, y a todos los Angeles, y Espiritus Celestiales.


Creo, y confieso todo lo que cree, y confiessa la Santa Madre Iglesia Catholica Romana, en cuya fee santa he vivido, y protesto morir, con la gracia de Dios.


Suplico a su Magestad, que ya en vida no cumpli el deseo que siempre tuve de entrar en la Santa Iglesia de Toledo, se sirva de que mi cuerpo sea enterrado en ella, en la Capilla de nuestra Señora del Sagrario, fundando en ella alguna memoria, la que le pareciere a su Magestad: y pido al Dean, y Cabildo de la dicha Iglesia, recivan mi cuerpo, y le den la sepultura que digo arriba; y les encargo se acuerden de mi en sus santas oraciones; y fio lo haràn con muy buena voluntad, porque saven he sido siempre muy estimador de Comunidad tan venerable; y pues mi gobierno les ha sido grato viviendo yo, creo que en mi muerte estimaràn mi memoria, rogando a Dios por mi alma.


Tambien suplico a su Magestad, mande que se funde un Aniversario de vna Missa cada año, el dia de mi muerte, en la Iglesia de Santa Maria in Porticu en Roma, que es el titulo de que soy Cardenal; y que mi cuerpo sea depositado en la Capilla Real deste Palacio, junto al deposito donde està la Señora Infanta mi Tia.


A nuestro Santissimo Padre Vrbano Octavo pido, postrado a sus pies con la reverencia que devo, que como a hijo suyo el mas humilde, me eche su Apostolica bendicion; y pues siempre me ha tratado con el amor de Padre, espero que en esta ocasión encomendarà a Dios mi alma, y intercederà por ella; y es gran consuelo para mi, morir siendo vno de los de su Sacro Colegio; y suplico a su Santidad se sirva de hacer merced de mi Capelo a don Antonio de Benavides, Canonigo de la Santa Iglesia de Toledo, mi Camarero Eclesiastico, y Sumiller de Cortina, que hace oficio de Limosnero Mayor; y fio de su virtud, y calidad, y letras, y buenas partes, que cumplirà con las obligaciones de tal dignidad, haciendole esta honra.


Iten declaro, que en el punto de pedir el Capelo a su Santidad, se siga lo que su Magestad ordenare: que esta es mi voluntad.


Iten mando, que lo mas presto que se pudiere, se digan por mi alma doce mil Missas, las mas que se pudieren, en altares privilegiados. La forma de mi entierro, encargo a mis Testamentarios la dispongan como les pareciere, dando las limosnas que tuvieren por bien. Y encargo a estos Estados, de que su Magestad se sirvio hacerme Governador, que conserven el zelo que deven a la Iglesia Catholica Apostholica Romana, y que siempre han mostrado tener; y assimismo el amor, y lealtad con que en todas ocasiones han servido a su Magestad, y obedecido sus Reales ordenes, de que yo en el tiempo que los he governado, tengo muchas experiencias; y les doy muchas gracias por ello; y espero lo continuaràn de aquí adelante con la misma fidelidad.


Iten declaro, que a mis Criados se les esta deviendo diferentes cantidades de gages, raciones y emolumentos: suplico a su Magestad, que lo que constare importa esto, se sirva de mandar se les pague; y a los que quisieren ir a España, se les de ayuda de costa, segun las calidades de sus personas y oficios. Y por quanto me hallo bien servido de ellos, y deseo que tengan el premio que merece el amor con que han assistido a mi servicio; suplico tambien a su Magesatd, se sirva de hacerles merced; y quiero se continúen por sus vidas los gages, raciones, y emolumentos que agora gozan, enteramente: y entre tanto que su Magestad da en esto la orden que confio, encargo a los Gefes de finanzas, Thesorero General, Y Comises, continúen el pagamento de los dichos gages, raciones, y emolumentos, de los quarenta mil escudos que su Magestad ha mandado fe me den, y de los cinco mil escudos que se me pagan cada mes por aquella via: y es mi voluntad se les de luto a todos mis Criados, conforme a la calida de los puestos de cada vno; y encomiendo tambien a su Magsestad las viuds de mis criados.


Y porque estoy obligado al amor, y grande puntualidad con que el Marques de Este me ha servido desde mis primeros años; suplico a su Magestad, me haga merced de honrarle, y favorecerle, estimando, y premiando su persona.


Declaro que estoy deviendo a Mercaderes, y a otras personas, dieferentes cantidades, las quales deseo que con la mayor brevedad se paguen, ajustandoles sus cuentas. Suplico a su Magestad, y encargo a mis Testamentarios, que lo mas presto que se pueda, se les de entera satisfacion.


Iten declaro, que devo a Don Juan de Lira, Pagador General de los Exercitos de su Magestad en estos Estados, diferentes sumas de dineros que ha pagado por mi mandado; y mando se le paguen puntualmente lo que dixere, fiandolo a su verdad, y fidelidad: y a todos los que contra mi hazienda tuvieren acciones, o derechos quiero, y ordeno, que según justicia se les pague lo que se les deviere.


Iten declaro, que a la Casa mortuoria de la Señora Infanta mi Tia, he tomado algunas alhajas, y joyas, ademàs de las que me mandò en su Testamento, que no estan pagadas; y encargo se paguen luego con la misma puntualidad.


Iten declaro, que dexo una Memoria en manos de Don Miguel de Salamanca, con noticia del Padre Fray Juan de la Madre de Dios, de la Orden de los Carmelitas descalzos, firmada de los dos, en que se refieren algunas deudas particulares de dinero que devo; y mando se paguen luego.


Iten declaro, que he comunicado algunas cosas particulares de mi conciencia con Fray Juan de la Madre de Dios, y con Don Miguel de Salamanca; y para cumplirlas, mando se entreguen veinte mil escudos a los susodichos; y les encargo los distribuyan luego en la forma que les he mandado; y quiero, y es mi voluntad que agora, y en ningun tiempo no se les pida cuenta deste dinero: y porque se pueda executar con mas brevedad lo que ordeno en este particular, encargo a Don Miguel de Salamanca cumpla luego esta partida, si se hallare con dineros, y medios de su Magestad; y no los teniendo, disponga la forma que mejor le pareciere, para que se cumpla: que me asseguro que su Magestad lo tendrà por bien.


Iten mando, que se entreguen a Fray Juan de la Madre de Dios doscientos escudos cada mes, por el tiempo que el declarare, para que acuda con ellos a cierta obra pia que le he comunicado; y mando se dè cuenta dello a su Magestad.


Y pagadas todas mis deudas, nombro por mi universal heredero de todos mis bienes, derechos, y acciones que me pertenecen, y puedan pertenecer, al Rey mi Señor, mi Hermano; y le suplico se sirva de mandar se dè satisfacion a todas mis deudas, y se hagan por mi alma los sufragios, y demas buenas obras que fuere servido de ordenar; que fio en su grandeza, y piedad, que en el bien que hiciere por mi alma, continuarà las honras, y mercedes que me ha hecho en vida: y no digo mucho de mi reconocimiento porque todo el mundo save que no ha havido Vassallo tan favorecido de su Rey, como yo, ni tan amado de su Hermano, y Señor; y en mi muerte lo que tengo por mayor perdida, donde me he criado, y que me falte tiempo para servir a su Magesatad, y reconocer lo que le devo; y siento mucho que mi vida no aya llegado a servir al Principe mi Señor, como lo pensava hacer; pero cumplase la voluntad de Dios, que es mi primer deseo: y suplico a su Divina Magestad ayude los intentos santos que se conocen ya en su Alteza, con que la Christiandad tendrà las felicidades que yo puedo desear.


Y quiero, y es mi voluntad, que todo lo referido a esta Escritura se observe, y guarde, y se ami Testamento; y si alguna imperfeccion, o falta de solemnidad huviere, la suplo con la autoridad que su Magestad me ha permitido en estos Estados, para que en todo lo dicho tenga entero cumplimiento en la mejor forma que haya lugar.


Y para executar, y cumplir todo lo dispuesto en mi Testamento, suplico a su Magestad de mandarlo assi se sirva; y nombro por mis Testamentarios al Conde Duque de San Lucar, mi Sumiller de Corps, para que lo sea insolidum; a Fray Juan de la Madre de Dios, que me ha confessado, y asistido; al Obispo, y Governador de mi Arzobispado de Toledo; al Arzobispo de Malinas; el Obispo de Gante, del Consejo privado; Marques de Este; al Marques de Orani, Gentilhombre de mi Camara, y Canciller de Brabante; Fray Juan de San Agustin, mi Confessor; Don Francisco de Melo; Marques de Velada, Presidente del Consejo privado de Brabante; y les doy todo el poder bastante para que ejerzan el oficio de Testamentarios, con todas las calidades que fueren necesarias. Fecha en Brusselas, en presencia del Marques de Velada; Marques de Este; Fray Juan de la Madre de Dios; Don Miguel de Salamanca, como Testigos. En fee de verdad firmè esta con los mis Testamentarios, con el Audiencier, primer secretario de su Magestad en estos Estados, en quatro de Noviembre de mil y seiscientos y quarenta y un años. Firmado: El Cardenal Infante. Y mas abaxo: El Marques de Velada. El Marques de Este. Fray Juan de la Madre de Dios. Don Miguel de Salamanca. Secretario Verreyken.


Mas abaxo esta escrito: el Marques de Este, Fray Juan de la Madre de Dios, y Don Miguel de Salamanca, decimos que vno de los Testamentarios de la voluntad de su Alteza, que estè en gloria, fue el Señor Conde de Noyeles, Gefe de Finanzas de su Magestad, y Mayordomo de su Alteza; y se dexò de poner con los demas, por olvido de quien escribió el Testamento; y assi se hace esta declaracion al pie del, para que assi conste: y lo firmamos en Brusselas a diez de Noviembre de mil y seiscientos y quarenta y vno. Firmado: el Marques de Este. Don Miguel de Salamanca. Fray Juan de la Madre de Dios. Despues de las dichas firmas esta escrito: Yo el Audiencier, primer Secretario de su Magestad en estos Estados, hago fee, que la Declaracion de arriba se hizo ante mi en Brusselas a diez de Noviembre de mil y seiscientos y quarenta y vn años, que se abrio el Testamento, Firmado: Verreyken. Esta copia concuerda con el Original, de lo que yo Audincier, primer Secretario de su Magestad, firmè esta a diez de Noviembre de mil y seiscientos y quarenta y vno. Verreyken.



Fuente:


* Testamento del Infante Cardenal D. Fernando de Austria, hermano del Rey D. Phelipe IV. Administrador perpetuo del Arzobispado de Toledo, y Governador, y Capitan General de los Paises Baxos, por Su Magestad: otorgado en Brusselas a 4 de Noviembre de 1641. Biblioteca Real, Copia simple ms. en castellano, al fol. 832 de un libro ms. en folio, rotulado: Sucessos del año 1641 y señalado f. 68 cotejada, y corregida en algunos lugares por otra copia simple ms. contenida en un libro ms. del Mraques de Uztariz.

22 comentarios:

  1. Lo habrás dicho ya pero no me acuerdo, ¿de qué murió Don Fernando?.
    Saludos.

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  2. Está muy bien que un personaje de tan alta alcurnia reconozaca que ha pecado y que ha sido un pecador. Por otro lado, como hombre sincero, reconoce que todo su intento fue entrar en las sede primada de España, Toledo, y que al menos lo entierren allí. También me gustó que el hombre se preocupase por sus servidores y criados en sus últimas voluntades. Tengo que releer el testamento, pues me pareció muy interesante. Abrazos Carolus.

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  3. Se puede llegar a ser pecador, pero hacer que los que queden realicen 12.000 misas por su eterno descanso, creo que ya está bien. Preocúpese por sus criados, y con dos misas por su alma sobra ;)
    Un abrazo Alberto¡¡

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  4. Un documento muy valioso, monsieur, y que nos acerca al personaje. A juzgar por el número de misas encargadas, sí que se consideraba pecador!

    Feliz dia

    bisous

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  5. Es de personas agradecidas querer que los que le sirvieron reciban algo por ello. Alguien diría que se podía haber acordado de ello mientras vivía. Pero, al fin y al cabo, es un detalle que le honra. También considerarse pecador pero creyente, con lo que tras su confesión se le abrirían de seguro las puertas del cielo. Me imagino que sería un protocolo al uso de aquellos tiempos.
    Un saludo.

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  6. Gran caballero, vencedor de Nördlingen y siempre fiel a su señor como atestiguan sus últimas palabras :

    "Y pagadas todas mis deudas, nombro por mi universal heredero de todos mis bienes, derechos, y acciones que me pertenecen, y puedan pertenecer, al Rey mi Señor, mi Hermano"

    Tengo que felicitarle por la extensa, documentada y detallada entrada sobre este personaje.

    Un cordial saludo :-))

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  7. Eduardo: según la versión oficial don Fernando murió de viruelas.

    Un abrazo.

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  8. Paco: al final, según los principios de la Iglesias, quién no ha sido pecador? :) ...me alegra que te haya gustado el documento, al final don Fernando acabó enterrado en el Panteón de Infantes de El Escorial.

    Un abrazo.

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  9. Javier: eso era norma común entre los poderosos de la época, pero desde luego exagerado a todos los niveles...al menos se acordó de los suyos...pero no de sus hijos ilegítimos...

    Un abrazo.

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  10. Madame: así parece, se ve que no tenía la conciencia tranquila.

    Besos.

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  11. El tipo se fue con más deudas que un ludopata...
    Saludos!!

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  12. Cayetano: pues sí, bien está acordarse de los que te sirvieron en vida con tanto empeño, al fin y al cabo eran como de su familia...aunque hecho de menos que no se acordase de sus hijos ilegítimos...

    Un abrazo.

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  13. Pedro: buen vasallo y buen hermano, aunque fuese un poco rebelde en su juventud...seguro que Felipe IV le echó mucho de menos.

    Un abrazo y gracias por tus palabras.

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  14. Lorenzo: ya sabes que la casa real no andaba muy boyante por aquella época, las deudas se acumulaban por doquier.

    Un abrazo.

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  15. Muchas misas son doce mil, más la anual de Roma, pero aún así no llega a las 30.000 encargadas por Felipe II, que no sé si se consideraría grandísimo pecador o trataba de reducir su tiempo en el purgatorio. Un saludo cordial.

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  16. Es toda una lección sobre religiosidad barroca.

    Saludos.

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  17. El testamento de don Fernando sigue el modelo de los que hacían los súbditos de Su Majestad en España, con las invocaciones divinas del principio, las mandas pías y la selección de lugar de enterramiento después, las mandas civiles en el centro y cerrando el nombramiento de testamentarios.

    Por cierto, ¿se le llegó a enterrar en la catedral de Toledo o está su cuerpo en El Escorial?

    También me hace gracia que instara al Papa (en este caso a su propio hermano, pues era el rey de España quien proponía una lista para el capelo) a nombrar a determinada persona para legar su cargo religioso. Luego dicen de enchufes...

    15.000 misas son muchas. La relación de misas era proporcional a sus propiedades y riquezas, así que nos podemos hacer una idea del poder del personaje.

    Besos

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  18. Desdelaterraza: más me parece lo segundo, tratar de reducir el tiempo en ese paso intermedio que era el purgatorio.

    Un saludo.

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  19. Retablo: así es, nos permite identificar la religiosidad reinante en la época.

    Un saludo.

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  20. Carmen: en cuanto a lo de la estructura testamentaria lo has expresado perfectamente.

    Don Fernando se haya en el Panteón de Infantes de El Escorial, así que no se le hizo mucho caso (al igual que a Carlos I) en ese punto de su testamento.

    Por último, confirmarte lo del número de misas, siempre proporcional a la calidad del muerto...un Rey podía alcanzar las 30.000, un Infante, como vemos, 15.000, que no está mal...

    Un beso

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  21. El testamento de personaje tan egregio y particularmente apreciado por mí, no cierra mi ventana al mundo de Carlos II. Desde detrás de ella, en mi Torre Oculta, seguiré gozando de uno de los blogs que más he disfrutado y espero disfrutar.

    Gracias por todo lo que hemos compartido, querido Alberto.

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  22. Jordi: muchas gracias a ti, poco seguidores hay como tu ;)

    Un abrazo.

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