jueves, 31 de diciembre de 2009
domingo, 27 de diciembre de 2009
ICONOGRAFÍA DE UN REY-NIÑO IX
EL PRÍNCIPE CARLOS DEL MUSÉES ROYAUX DES BEAUX-ARTS DE BRUSELAS Y EL PRÍNCIPE FELIPE PRÓSPERO DEL KUNSTHISTORISCHES MUSEUM DE VIENA
sábado, 26 de diciembre de 2009
ICONOGRAFÍA DE UN REY-NIÑO VIII
jueves, 24 de diciembre de 2009
domingo, 20 de diciembre de 2009
LA FAMILIA DEL REY, LOS HERMANOS DE CARLOS II; MARGARITA TERESA DE AUSTRIA, INFANTA DE ESPAÑA Y EMPERATRIZ DE ALEMANIA (PARTE II)
Finalmente, el matrimonio se celebró por poderes el 25 de abril de 1666 (Pascua) en la corte de Madrid representando al emperador el Duque de Medínaceli, en presencia del pequeño Carlos II y de la reina doña Mariana, con asistencia del conde de Pötting, embajador imperial, y de los Grandes de la Corte. La ya Emperatriz salió de Madrid el 28 de abril, llegando el 25 de noviembre a Schottwien, a doce leguas Viena, donde fue a buscarla el emperador. La entrada oficial en Viena tuvo lugar el 5 de diciembre. Los festejos que se celebraron en la capital austriaca con motivo del imperial matrimonio fueron de los más espléndidos de toda la época barroca (2).
Uno de los eventos más sobresalientes durante el reinado de Margarita Teresa fue el estreno de la ópera "Il pomo d'oro", del compositor italiano Antonio Cesti, en julio de 1668, como parte de las celebraciones por el matrimonio imperial. Esta suntuosa representación es comúnmente considerada como la culminación de la ópera barroca en Viena durante el siglo XVII.
La emperatriz Margarita falleció en Viena el 12 de marzo de 1673, a los 22 años de edad, a consecuencia del parto de su cuarta hija.
A Margarita Teresa solo la sobreviviría una hija, la archiduquesa María Antonia, futura esposa del duque elector de Baviera Maximiliano II Manuel. Ambos serían padres del príncipe Electoral José Fernando de Baviera, designado en 1696 como heredero de la Monarquía Hispánica por Carlos II, y cuya muerte traería como consecuencia la llegada de los Borbones al trono hispano y la posterior Guerra de Sucesión Española.
viernes, 18 de diciembre de 2009
LA FAMILIA DEL REY, LOS HERMANOS DE CARLOS II; MARGARITA TERESA DE AUSTRIA, INFANTA DE ESPAÑA Y EMPERATRIZ DE ALEMANIA (PARTE I)
Tras la muerte de Felipe IV en septiembre de 1665, la reina Mariana de Austria quedaba como regente en nombre de Carlos II, que entonces contaba apenas con cuatro años de edad. La fragilidad de la regencia que el Rey legaba a la Monarquía tras su muerte obligó a éste a establecer en su testamento unas cláusulas que contemplaran todas las posibilidades de sucesión posibles (cláusulas 15 y 16). Según las mismas, la rama francesa quedaba completamente excluida de la herencia en virtud de la renuncia a sus derechos sucesorios por parte de la infanta MaríaTeresa tras su matrimonio con Luis XIV, acordado durante la Paz de los Pirineos (2). Es decir, en ningún momento Felipe IV contempló la posibilidad de que el monarca francés o sus herederos pudieran acceder a la sucesión de la Monarquía Hispánica en caso de muerte prematura de Carlos II. La herencia (en caso de muerte del rey-niño) recaería en los sucesores de la infanta Margarita Teresa, entonces prometida del emperador Leopoldo I, es decir, se seguía la lógica de la Casa de Austria de fidelidad a la familia y a la dinastía . La siguiente mujer destinada a continuar la línea sucesoria sería la hermana de Felipe IV, la emperatriz María, mujer del emperador Fernando III, la ya fallecida madre de Mariana de Austria, por lo que serían sus descendientes (Leopoldo I, o los hijos que éste pudiera tener con Margarita Teresa, pues se suponían que ésta iba a a renunciar también a sus derechos tras su matrimonio con el Emperador), los llamados a la sucesión.
La Casa de Austria debía recoger los derechos sucesorios en caso de muerte del rey carlos, tras los cuales estaba la Casa de Saboya que recibía su candidatura a través de una tía de Felipe IV, la infanta Catalina Micaela, hija de Felipe II, que se había casado con el duque Carlos Manuel I de Saboya; sus descendientes ostentarían la corona en caso del agotamiento de la candidatura de los Habsburgo austriacos. En definitiva, la sucesión francesa quedó descartada en el testamento de un Felipe IV fiel a la tradicional alianza entre las dos ramas de la Casa de Austria.
Los poderes sucesorios de Margarita Teresa plantearon diversas controversias en el seno de las discusiones políticas del Consejo de Estado y a pesar de su temprano compromiso con el Emperador, la Infanta no dejó de ser una candidata en potencia a la sucesión desde su nacimiento hasta su matrimonio (cuyas negociaciones fueron ralentizadas intencionadamente tanto por Felipe IV como por doña Mariana de Austria) (3) .
En 1657 nació el príncipe Felipe Próspero, que vivió sólo cuatro años, pues murió el 1 de noviembre de1661, planteando de nuevo la cuestión sucesoria. Francia, tras la muerte de este último, volvió la mirada hacia su reina María Teresa, hija primogénita de Felipe IV: si su hermana se casara con el Emperador y las renunciaciones de los Pirineos se consideraran nulas, la herencia podría recaer en los descendientes de Luis XIV. No obstante, este espejismo duró apenas cinco días pues el 6 de noviembre nacía el futuro Carlos II, circunstancia que abrió de nuevo las esperanzas de sucesión masculina para la Monarquía Hispánica. Sin embargo, la débil salud del niño hizo temer en no pocos momentos por su supervivencia, lo que hacía que las grandes cortes europeas tuviesen que jugar sus cartas ante una posible muerte prematura del heredero.