miércoles, 7 de octubre de 2009

ICONOGRAFÍA DE UN REY-NIÑO V: CARLOS II ECUESTRE


Este retrato ecuestre de Carlos II niño presente en el Museo de Bellas Artes de Cádiz, pero del que existen también copias en el Ermitage de San Petersburbo y en la colección Arenzana, demuestra el interés de Mariana de Austria por propagar una imagen de su hijo completamente sana. Atribuidos a Juan Carreño de Miranda, hoy son considerados copias de un original perdido. Sin embargo, por su estilo y cronología, parecen apuntar más a Sebastián Herrera Barnuevo, pintor de cámara entre 1667 y 1671.

El lienzo muestra al rey-niño ricamente vestido mientras cabalga en una gran jaca también ricamente enjaezada. Hay en estos retratos ecuestres un evidente deseo de emulación con el del hermanastro de Carlos II, el príncipe Baltasar Carlos pintado por Velázquez para el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, que acompañaba a los retratos ecuestres de sus padres Felipe IV e Isabel de Borbón, pintados también por Velázquez. Solo que Carlos II apenas si podía, en estas fechas, sostenerse sobre sus piernas, cuantos menos montar a caballo. Queda, por tanto, como indica Rodríguez G. de Ceballos, plenamente patente el aspecto de propaganda política basada en una falsa y aduladora imagen de dichos retratos ecuestres.

Más información sobre este lienzo en la web del Museo de Cádiz.

(Fuente principal: "Retrato de Estado y propaganda política: Carlos II (en el tercer centenario de su muerte)" de Alfonso Rodríguez G. de Ceballos)

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